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PENSAMIENTO OBSESIVO

Existen situaciones o épocas con muchas exigencias o demandas, tanto internas como externas, que incrementan respuestas habituales de estrés, ansiedad, enfado, nerviosismo, tristeza  y que suelen acompañarse de pensamientos que se repiten y que parecen tomar el control de nuestra mente, "pensamientos obsesivos", contribuyendo a una gran confusión, fatiga mental y cansancio físico y emocional.

En estos momentos surgen dudas sobre el beneficio que tiene “el pensar las cosas” o reflexionar sobre nuestros problemas o emociones, ya que no parece contribuir en absoluto a resolver las situaciones o disminuir nuestro malestar.

Recuerda que estos  pensamientos se pueden presentar desde una minina pregunta ¿seré lo suficientemente bueno?, y que desencadenan un malestar significativo para nuestra vida diaria.

 

Muchas veces actuar “dándole vueltas a las cosas” es nuestra forma de hacer frente a los problemas, por ejemplo, tras haber cometido un error, aparecen sentimientos desagradables o incómodos como la vergüenza, la culpa, la tristeza, el enfado o la ansiedad.

Lo cierto es que cuando los pensamientos repetitivos o recurrentes invaden la mente, pueden convertirse ellos mismos en el problema, aumentando el malestar que los motivó originalmente. Pero sobre todo, se dificulta la puesta en marcha de soluciones eficaces a los problemas.

Sin embargo, no se trata de suprimir el pensamiento sobre nuestras emociones, ni dejar de expresar lo que sentimos, aspecto que también tiene consecuencias desadaptativas sobre nuestra gestión emocional.

 

Las preguntas que debemos hacernos son: por qué, para qué, qué esperamos conseguir pensando sobre el problema o el malestar. Esto nos dará pistas para poner en marcha alternativas más adaptativas, productivas o beneficiosas.

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Ejercicios de utilidad 

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  1. Adopta una actitud proactiva, sal del pensamiento obsesivo o reflexión pasiva sobre los problemas o tu situación actual, recupera el contacto con otras perspectivas de una misma realidad.

  2. Identifica cuál es el principal temor o fuente de malestar que está activando tus pensamientos repetitivos o pensamiento obsesivo.             ¿Se relaciona con algo del pasado, presente o futuro? ¿Hay algo que puedas hacer para cambiar la situación?

    • a) Si la respuesta es afirmativa, oriéntate hacia las posibles soluciones. En este caso, aunque puede parecer paradójico preguntarse sobre qué es lo peor que puede pasar, en ocasiones contribuye a poner en perspectiva la realidad más probable y manejar las consecuencias. Considera los errores como oportunidades de aprendizaje y crecimiento personal. 

    • b) En caso contrario, disponte a dejar ir lo que no depende de ti y concéntrate en lo que sí depende de ti: cómo llevarlo mejor. Establece metas concretas que contribuyan a mejorar tu estado de ánimo. Aquí la distracción y la realización de actividades gratificantes te ayudarán a centrarte en el presente y aumentará gradualmente tu sensación de autocontrol y orientación.

  3. Sal a dar un paseo, una caminata o ejercicio físico, te ayudará a cambiar el curso de tus pensamientos permitiendo un nuevo enfoque a la situación.

  4. Habla con alguna persona amiga. Poner palabras a tus pensamientos rumiativos, permite organizar ideas y estructurar un discurso coherente permitiendo una visión más realista de las cosas.

  5. Escribe tus pensamientos en un papel o en el ordenador. Permite organizar y estructurar pensamientos y clarificar los motivos o funciones que están cumpliendo el pensamiento obsesivo.

  • Mayeutica - Centro de Atención
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